Redacción web frente a redacción tradicional
¿Cuál es la diferencia?
Si alguna vez ha escrito para una revista o un periódico, sabrá que la redacción tradicional y la redacción web son dos mundos muy diferentes. Y, sin embargo, ambos tienen el mismo objetivo básico: transmitir un mensaje claro y relevante. ¿La gran diferencia? La forma de hacerlo. Veamos qué distingue realmente a estos dos tipos de redacción.

Captar la atención en lugar de proporcionar información en profundidad
Cuando se trata de redacción tradicional (periódicos, revistas, folletos, etc.), el objetivo suele ser ofrecer información detallada. Los lectores están dispuestos a invertir tiempo en comprender un tema, por lo que los artículos pueden ser más largos y profundos.
En la web, en cambio, la atención de la gente es mucho más volátil. Sólo tienes unos segundos para captar su interés antes de que se vayan. Por eso la redacción para la web debe ser más concisa y contundente. Hay que ir al grano y responder rápidamente a las preguntas de los internautas.


Estructura: del texto denso al contenido fácil de escanear
Un texto clásico puede permitirse párrafos largos y densos. Los lectores están acostumbrados a leer sin interrupciones visuales.
En la web, la cosa cambia. La gente no siempre lee todo, sino que suele «escanear» el contenido en busca de información clave. Para responder a este comportamiento, los artículos web están estructurados para ser leídos rápidamente. Nos basamos en :
- Títulos y subtítulos que desglosen las ideas con claridad,
- Listas con viñetas (¡como ésta!) para que la información sea más fácil de digerir,
- Párrafos cortos para no cansar la vista,
- Palabras en negrita para resaltar la información importante.
La idea es que la lectura sea lo más rápida y fácil posible.
Longitud: textos más cortos y directos
En los formatos tradicionales, suele ser normal dedicar tiempo a profundizar en un tema, ya sea en un largo artículo de revista o en un folleto. Los lectores lo esperan.
En Internet, la mayoría de los internautas quieren respuestas rápidas y precisas. Los artículos deben ser concisos y directos. Aunque los artículos sean largos, deben estar bien organizados para no desanimar a los lectores.


Tono: de formal a conversacional
Los textos tradicionales suelen adoptar un tono formal y neutro, sobre todo en publicaciones académicas o técnicas.
En la web, el tono suele ser más conversacional. La idea es dirigirse directamente al lector, como si mantuviéramos una conversación. Por supuesto, esto también depende del público y del tipo de sitio. Un blog personal tendrá un tono más relajado, mientras que un sitio corporativo puede ser más serio, pero aun así accesible.
SEO: un reto exclusivo de la web
Una de las principales diferencias entre la redacción web y la redacción tradicional es la necesidad de optimizar el contenido para los motores de búsqueda (SEO). A diferencia de un artículo de revista, el contenido web tiene que ser visible en Google; de lo contrario, simplemente no se leerá.
Esto significa utilizar palabras clave relevantes, crear títulos pegadizos, optimizar las metadescripciones y añadir enlaces para mejorar las referencias y facilitar la navegación. Básicamente, no se trata solo de escribir, sino también de complacer a los algoritmos de Google.


Compromiso: de la lectura pasiva a la interacción activa
En la escritura tradicional, la lectura suele ser pasiva. Se lee un artículo y ya está.
En la web, todo se hace para fomentar la interacción. Los lectores pueden comentar, compartir, hacer clic en enlaces o interactuar con botones de llamada a la acción (CTA). Esta dimensión interactiva es esencial para mantener el interés de los lectores y animarles a pasar a la acción, ya sea suscribirse a un boletín o comprar un producto.
Conclusión
Básicamente, la redacción web y la redacción tradicional no siguen las mismas reglas. La redacción web debe ser más directa, concisa e interactiva, respetando imperativos técnicos como el SEO. En cambio, la redacción tradicional puede permitirse ser más profunda y formal. Pero para tener éxito en Internet, es esencial dominar la redacción web y sus especificidades, sin perder de vista lo esencial: aportar valor a los lectores.
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